Año nuevo...

Leí por ahí que tendría más sentido que los años comenzasen después del verano. Realmente, el tiempo de vacaciones es suficiente para desconectar y para replantearte tu proyecto vital, es, además, algo a lo que ya estamos acostumbrados de nuestra infancia, ¿no comenzaba el nuevo curso y estrenábamos libros y aula después del verano?

El verano te sirve para cambiar de paisaje y de costumbres (aunque no te muevas de tu casa, todo cambia a nuestro alrededor), conocer nuevas personas, convivir más con los tuyos, leer con más serenidad, te sirve casi diría que para aburrirse un tanto.

Muchos visitan sus pueblos, otros disfrutan de la playa, o recorren regiones o países, y hay quien se queda a disfrutar de su ciudad semiabandonada.

Es, en definitiva, el momento de experiencias extraordinarias, que nos abren algo más los ojos, y nos permiten despegarnos lo suficiente de la rutina para percibirla y juzgar qué queremos mantener y qué queremos cambiar.

El verano es también el tiempo de grandes cambios y decisiones. Cuando trazamos el mapa de lo que vendrá después. Aunque creamos que no hemos pensado ni hecho nada más que vaguear, es un tiempo que nos permite procesarlo todo, colocarlo en su sitio, y en el momento más insospechado te das cuenta de la claridad con que nos viene la respuesta.

Ya está aquí este año nuevo, un curso más, nos espera el pupitre de la vida... espero que este año no toquen novatadas.

El proselitismo de los otros...

Estos días ando desubicado. La vuelta de vacaciones, una gastroenteritis y una conversación que se repite como en la película del día de la marmota, tienen la culpa.

Y es que, acostumbrados todos a verme con un cigarro en los dedos, no pasa desapercibidida mi abstinencia.. así que se produce una rápida secuencia como sigue: ¿has dejado de fumar? Sí (esto con variantes, a veces es mi mujer quien saca el tema, lo contenta que está de que no sea un cenicero andante).. ¿y que tal lo llevas? Pues mal. Bueno, pasa pronto (eso lo dicen más la gente que nunca ha fumado y no ha tenido que dejarlo, lógicamente, ..) ahora lo que tienes que hacer es ponerte a régimen y perder unos kilitos.. (coño, hasta cuatro veces ya, ¿es que no es bastante lo jodido que estoy con el mono nicotínico pa que ahora tenga que dejar de comer??.. un poquito de piedad, ¿no?)

Y es que muchas veces nos gusta dar consejos gratis a los demás (que en la mayoría nosotros no seguimos, claro, pero que tenemos nuestras razones para ello, jeje).. o como yo llamo el proselitismo de los otros...

Cuando por primera vez abordé la paternidad un amigo me regaló un libro ¡Voy a ser papá!, donde con un humor inteligente y ácido te iba desgranando cada una de las etapas y paranoias del embarazo. Un capítulo me llamó poderosamente la atención: el que hablaba de la obsesión de los nuevos papas por "embarazar" a todo el mundo (aquellos que me conocen se reirán, pues no era yo pesao ni ná), y es una especie de mecanismo psicológico por lo que la alegría que sentimos queremos que lo demás también la vivan y les "animamos" a ello.

Esto pasa con los consejos, muchas veces proyectamos en los demás, metas o situaciones que nosotros no conseguimos, pero que anhelamos y reconocemos como buenas. Pero fijaos, esta misma conversación tiene también otro transfondo, y es más la mala baba de gente que, en cierto modo, te quiere seguir subrayando, sí, habrás dejado de fumar pero sigues siendo un gordo... ¿con cuál nos quedamos?

Pues seguramente dependerá de la etiqueta que tenemos previamente del emisor, lo cuál nos lleva a pensar cuántas veces ponemos una etiqueta equivocada y cuántos chascos nos llevamos... otras opciones es pensar siempre bien u otra es pensar siempre mal. Al gusto..

Yo por ahora no me lo tomo mal, porque la verdad es que estoy gordo, pues vale, es una descripción fiel de la realidad, no me molesto por ello, me gustaría tener abdominales como tabletas de chocolate, pero como no hago realmente nada por ello (tragarme las tabletas he comprobado que no da resultado), ese "me gustaría" no es nada serio. Además he comprobado que los de la mala baba les pone de los nervios que no me moleste en absoluto...

Esto sí, a ver si supero esta conversación ya, y el no fumar ya no es una novedad... y va quedando como un mal recuerdo... y de perder unos kilitos ya hablaremos que habrá que dejar algo para Año Nuevo, ¿no?











Tabaco, positivismo y vivencias

Se acabaron las vacaciones, la verdad es que se me hace un poco largo estar lejos de casa, de tu entorno conocido y cercano, de "tus cosas". Pero es necesario de vez en cuando evadirse, situarte en otro ambiente, en otra dinámica diferente..

¿Y que traigo en el zurrón de estas vacaciones?

En primer lugar, he dejado de fumar. Adiós (espero que definitivo) a la droga que me soplaba 100 Euros al mes mientras me perjudicaba los pulmones. He pasado (y todavía estoy en ello, hoy es mi noveno día sin fumar), unos días bastantes malos, nervioso, con ese gusano venenoso continuamente diciéndome "coge un cigarrito".. en fin, por ahora aguanto. Al final lo he hecho a pelo, sin parches, ni chicles de nicotina ni nada, hala... después de 15 años corta el grifo de repente... cosas que tiene ser un cabezón.

Estos días también me han servido para acometer algunas lecturas, aparte de una novela sobre una expedición fallida al polo norte de mediados del XIX y otra sobre visigodos.. he estado leyendo sobre positivismo, sobre como enfocar lo que piensas y como transmites a los demás desde el reconocimiento y las bases de lo que está bien... cosa poca frecuente, parece que estamos siempre, yo en particular, buscando el fallo a todo.

Y por último, me he metido un buen chute de playa, piscina, juegos con los niños, ratitos con Esther, con mis padres... en fin... mucho más tiempo compartido con las personas que más quieres... bueno sí, también choquitos, gambas, navajas a la plancha, patas de cangrejo... regado todo con cervecitas bien frías...

... y vale, sí, algún kilillo de más también va en el zurrón...