El orden de las cosas


Un buen amigo me propone una pregunta que encierra una profunda reflexión, ¿qué quieres ser dentro de unos años? Digamos que siete, así que yo ya tenga unos 45 años. Si no te lo has planteado nunca, que es mi caso, la cuestión es ciertamente inquietante.

Lo primero que he hecho ha sido traducir estos números a mis hijos, 13, 10 y 7 años. Bien, bien, parece que vamos a estar entretenidos.

A continuación me he puesto a escribir y conforme pasaba las líneas me decía, ¿es importante? ¿y si no lo consiguieras? y se me iban cayendo las ideas como un castillo de naipes.

Así que vuelvo al folio en blanco y comienzo de nuevo. En primer lugar, quiero estar, diría más, debo estar por mi familia. Parece una tontería, ¿no?, pero la muerte, aunque pretendamos mirarla de reojo, está ahí y es inevitable. Quitando el factor fortuna incontrolable, sí puedo hacer por cuidarme... así que ya tengo un primer objetivo sólido.

Me gustaría tener una cotidianeidad feliz, que en mi familia haya armonía, comprensión, comunicación... dejémoslo en amor con buen rollo.. y que mis hijos sean responsables y respetuosos con los demás, curiosos, esforzados... vaya un segundo objetivo que ciertamente o comencé ayer o ya estoy tardando...

Sí, hay expectativas profesionales, logros académicos, amigos, aficiones, sueños... pero eso viene después... esta es mi primera conclusión a la reflexión... parece que he determinado mi orden de las cosas. Y me gusta. Habrá que estar atento para no perderlo de vista.

El pastelero bautizador 2


Para aquellos que se han creído que después del Heste Lorenso ya acabó todo... siempre se puede dar un pasito más... por supuesto este será mi pastelero de referencia el resto de la vida.. que crack. Este post se lo dedico a Mario, compa, vente a por tu tarta y tu nuevo nombre en tu cumple

Un par de pensamientos erráticos


Mirando como actúa mi Lorenzo, con apenas mes y medio, me vino una idea a la mente.. después de satisfacer nuestras necesidades más esenciales, que para el bebe se ciñen a comer, dormir y sentirse calentito (para los adultos más o menos lo mismo, que sin sexo y con menos ego no se muere nadie), lo siguiente que demanda es el abrazo, la caricia, la compañía, la pertenencia.

Cuando el pasado mayo fotografié este patio de San Basilio, comentamos el mérito que tenía por parte de los dueños mantenerlo todo el año, requería de un esfuerzo continuado, disciplina y constancia. Yo dije sí, pero no es suficiente, hace falta algo más, hace falta amor.

Ya sé que la palabra no está de moda, pero resume perfectamente la demanda de nuestro retoño y el motor de las cosas que merecen la pena en la vida. Sin embargo, pocas veces se menciona, pocas veces nos dejamos guiar por ello. Parece que la conveniencia, el ganar por encima de todo, el ponerse por encima de los demás, el tener más y más, es una brújula más apropiada en estos tiempos. Quizá por eso tanta gente se siente vacía, o se sentirá cuando consiga estos objetivos y vea que no los satisface.

Curioso, me da la impresión que es algo que ya sabíamos cuando apenas teníamos mes y medio y que hemos desaprendido con el tiempo.. soy de los que piensa que la naturaleza es tan inteligente que nos ha dotado de todos los conocimientos necesarios para ser felices, y que nos empeñamos en crearnos otras necesidades artificiales que nos llevan indefectiblemente a la tristeza. Quizá por eso en el tercer mundo son tan felices.

Así que este es nuestro empeño, enseñar a amar a nuestros hijos, que se sientan amados, que sientan el abrazo cercano, que sepan que son especiales en nuestros corazones, que tengan sus momentos especiales, sus sonrisas cercanas, sus secretos compartidos, que sean protagonistas... rodeándolos de todos aquellos que quieran sobre todo darles amor...

...eso claro, sin que caigamos en la trampa de la felicidad (que los padres veteranos seguro que me entienden)... pero eso ya es otra historia

El fracaso

El fracaso tiene mala prensa, ya lo sé, cuando en realidad todos/as a lo largo del día hacemos cosas que nos salen bien, otras regular y otras mal. Cada cual tiene su mochila de conocimientos, sus destrezas y sus déficits. Pero como decía algún autor que no recuerdo, cuando fracasas aprendes una manera de no hacer las cosas, y en el siguiente intento tienes muchas más posibilidades.

Pero claro, el fracaso tiene consecuencias emocionales, y es aquí donde aparece el elemento negativo: en los que se sienten fracasados.

Porque ya no quieren o no se atreven a intentarlo otra vez
Porque se dicen a sí mismos que no valen
Porque se comparan negativamente respecto a los demás
Porque pierden el interés y el atrevimiento por aprender, por innovar, por crear
Porque en definitiva empobrecen su vida ocultos en la concha de lo seguro aunque insatisfactorio

Yo soy de los que piensa que todas las personas tienen talentos que merecen la pena y un gran espacio ilusionante de aprendizaje... y si se fracasa, tengo una experiencia genuina para conseguir el éxito la próxima vez (o cuantas veces sean... es más importante el camino que el destino)

30 días


Hoy Lorenzo tiene su primer cumplemeses, sus primeros 30 días de vida. Aquí lo tenéis con su hermano mayor Román, sereno, curioso y pendiente de su entorno.

En estos días ha tenido que acostumbrarse a su ruidoso hogar, con dos hermanos mayores juguetones, activos, y a veces, un poco molestos. Poco a poco va adaptándose a ellos, a los momentos de sosiego y de algarabía, a las caricias y las borriquerías.

Vamos tomando de nuevo contacto con los biberones y todos sus accesorios, con la caca en los pañales, con el chupete que tiene imán a caer boca abajo, a la desesperación cuando llora y no sabes por qué y la tranquilidad cuando se queda dormido con una ligera sonrisa.

Todos me preguntan ¡Cómo te va con tres! Y digo, pues acoplándonos, acostumbrándonos unos a otros, todo controlado... me falta algo, lo digo aquí: sobre todo, estamos creando nuevos lazos de amor.

Feliz cumplemeses...