A mi siempre me ha parecido que contar el año de enero a diciembre no se corresponde con el ciclo vital, al menos con el mío. Los años escolares se adaptan más a un proceso repetido que finaliza y comienza en verano, donde el sol y el descanso nos da una segunda oportunidad para volver a construir nuestro proyecto de vida.
En veranos mudamos la piel, acometemos asignaturas pendientes, realizamos las serenas lecturas que otros momentos del año descartamos, dedicamos más tiempo a aquellos que más queremos y claro esta, salimos de nuestra rutina descansando del trabajo y rompiendo con la monotonía del entorno.
Es el mejor momento de hacer planes, promover el cambio, romper con el hábito y el hastío.
Es la época del renacimiento. Disfrútenlo.