Cuando los antiguos comenzaron a fijar su atención en el ser humano, la primera pregunta ya generó una importante controversia: nacemos como somos, o nos hacemos con el tiempo. A los primeros se les llama innatistas, y afirman que nuestra personalidad está en gran parte definida por los genes; a los segundos, empiristas, y afirman que cuando nacemos somos una tábula rasa (Locke), es decir, somos lo que construimos con la experiencia.
Por mi parte me inclino más por el empirismo. Somos lo que hacemos, como decía Sartre, y ello implica que podemos "construirmos" cada día de forma diferente y que somos responsables de nosotros mismos.
Eso sí, no podemos negar que lo que somos está sobre un soporte físico, un conjunto supercomplejo que reacciona de forma instintiva, como es este caso, con una hermosa sonrisa.
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