Con el tiempo superpones en la memoria las experiencias o olvidas muchas cosas... esto pasa especialmente con los niños, que crecen muy rápido, que pasan de ser un bebe chiquitito en tus brazos, a comenzar a andar, a decir sus primeras palabras y hacerte preguntas como ¿qué pasa cuando nos morimos? o ¿que hay que hacer para tener una hermanita? que me hace mi Román de 4 años (de esto ya hablaré otro día). Y antes de que se me escape quiero reflexionar sobre mi otro hijo, Sergio, que con dos años está comenzando a desarrollar rudimentariamente el lenguaje.
Lo primero que dijo fue "mama y papa"... lo siguiente fue "agua", "pan" y ahora añade "mira", "ven", "aquí", "allí", "mío" y poco más... pero con este lenguaje básico se hace entender perfectamente. Por que aunque con escasas palabras, utiliza entonaciones muy nítidas para pedir, exigir, remolonear, seducir, etc.
Lo primero que dijo fue papa y mama para fijar claramente quienes eran sus interlocutores, quien tenía obligaciones para con él, y llamar nuestra atención, y también para diferenciarse del mundo, del sí mismo de los demás (también aprendió pronto a decir abu (abuelo), aba (abuela), tito/a, etc. Detrás vinieron sus necesidades básicas como diria Maslow, concretar qué quiere en cada momento (pan es un genérico para pedir comida), a continuación saber situarse en el mundo, él y los objetos y personas a su alrededor y tener la capacidad de manipularlos de que se muevan en mi entorno y por último, identificar claramente la propiedad, lo que me pertenece, lo que es MÍO.
En cierto modo, el niño se mueve en un egocentrismo absoluto donde reconoce y se familiariza con su entorno e intenta controlarlo para resolver sus necesidades y caprichos, tanto desde un punto de vista afectivo como material.
Me queda una reflexión, ¿en qué momento dejamos de ser egocéntricos (si es que dejamos alguna vez) y por qué? ¿A través de la educación y la cultura? ¿A través del desarrollo cognitivo? ¿o en el fondo no dejamos nunca de ser esos niños que quieren ser el centro del mundo?
Quizá no sea esa la cuestión, quizá sea cómo lo intentamos conseguir o conseguimos sostener nuestro egocentrismo... ¿ayudando a los demás para conseguir reconocimiento y satisfacción? ¿creando un entorno de amistad recíproca? ¿o generando situaciones de dependencia y sumisión? ¿trabajando o robando? ¿sonriendo o amenazando? ¿aportando u ordenando? ¿acordando o manipulando? Y no es baladí la diferencia, con 2 años mi hijo ya distingue perfectamente lo que está bien o lo que está mal, lo que es generoso y lo que es miserable, lo que merece un castigo o un reconocimiento, lo que te hace mejor persona y lo que te hace despreciable... aunque no conozca el lenguaje suficiente para expresarlo.
En el fondo, sabemos perfectamente quienes somos y a qué jugamos en esta vida... y aunque mientas con éxito a todo el mundo, uno no puede mentirse a sí mismo, las justificaciones vacuas se derriten como azucarillos... y yo soy de los que piensa que como las leyes físicas, cada acción tiene una reacción... y todo lo que seas y construyas para bien o para mal te acaba alcanzando tarde o temprano...
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