1.000 horas

Me impactó una frase que escuché del genial Eduard Punset, que publica libro "Por qué somos como somos" que seguramente caerá la semana que viene, donde decía que "puedes ser un genio, pero sin 1.000 horas de trabajo no consigues nada".

Quizá porque tocó una tecla personal, la de la inconstancia y la de "más vale ciento volando que pájaro en mano"... en la política de la última hora, y en estar siempre tocando muchas teclas, que es lo que me gusta. Yo siempre digo que me construyo los circos de 5 pistas o el malabarismo de tener muchas pelotas en el aire a la vez, pero claro, esto me resta esfuerzos y posibilidades para centrarme realmente en algo a fondo.

Aparte de mi traducción personal, esta reflexión me hizo pensar en la experiencia de mi mujer en la ESO. Me cuenta cosas realmente preocupantes en un sistema educativo con una tasa de fracaso escolar tremenda, a pesar de que los contenidos, las materias y las exigencias han disminuido considerablemente desde mi época.


Constancia, compromiso, disciplina, motivación de logro son cosas que suenan a chino allí, los derechos son infinitos y las obligaciones reconocibles ninguna. No comprenden lo que significan porque lo tienen todo sin ganarse nada, porque no viven las consecuencias de sus actos.

Es normal que estos chavales tengan una falta de visión a largo plazo, a mi edad estaba igual de "empanao", pero para eso están los padres. Pero claro, son muchos los que en el colegio dicen, "es que ya no puedo con mi hijo/a, hace lo que quiere".

Esto, y una falta de respecto manifiesta, de interés por nada, de apatía vital es la herencia que estamos labrando para esta generación. Pero no es culpa suya, si exiges menos, si no apoyas a los profesores, si no reconoces el mérito, si no tiene consecuencias hacerlo mal y vale lo mismo que hacerlo bien... el resultado de esta ecuación está claro.

Un amigo mío me decía, a ver, si yo te doy un sueldo por no ir a trabajar o ir para no hacer nada o casi nada; o lo mismo por hacerlo 10 horas/diarias con objetivos exigentes, ¿tú que harías? Pues esa es la realidad de la adolescencia actual y de un sistema educativo fracasado (y ya de paso, de la función pública, donde tengo muchos amigos que están muy desmotivados precisamente por estas mismas cosas, pero esto tocará otro día).

Por eso cualquier programa de lucha contra el fracaso escolar lo tiene muy dificil, porque ¿cuál es la solución?, ¿bajar más el nivel? ¿luchar contracorriente intentando inculcar valores que ni el sistema ni las familias alientan y apoyan? Un enorme reto, porque no perdamos de vista que detrás de esta generación hay potenciales científicos brillantes, escritores de calidad, músicos virtuosos, extraordinario emprendedores, magníficos profesores, deportistas de élite, políticos capaces.. etc. en definitiva, el mismo talento que todas las generaciones precedentes ... por aquí empieza el cambio del sistema productivo, aquí esta el futuro.. y a día de hoy estamos fracasando estrepitosamente.

Quién le interesen reflexiones y propuestas más profundas y más inteligentes que las mías aquí es dejo al enlace de un proyecto de José Antonio Marina http://www.movilizacioneducativa.net/

1.000 horas para conseguir cualquier cosa que merezca la pena. A trabajar.

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