Esto de la crisis tiene a todo el mundo en parálisis o, mejor dicho, con miedo a gastar (está subiendo la tasa de ahorro) ante las expectativas negativas sobre el futuro (ya me lo decía uno de mis profesores de empresariales, al final la economía funciona por cuestiones psicológicas), los bancos tampoco prestan, pues temen un futuro con mayores impagos; y las empresas no invierten porque temen que la crisis caiga sobre su sector, si no ha caído ya, o bien porque no pueden porque no tienen líquidez, precisamente por lo anteriormente mencionado de las entidades financieras.
No somos conscientes de que esto no hará más que agravar las cosas, convirtiendo todo ello en profecías de autocumplimiento; y que aunque nos parezca que no nos afecta a todos nos acabará alcanzando, bien porque tendremos menos servicios de educación, sanidad, etc., bien porque se congelarán salarios, bien porque habrá que replantearse las pensiones o la edad de jubilación (ya se está hablando de los 70 añazos). Decisiones individuales y empresariales tienen a largo plazo, consecuencias para todos.
Y esto es así porque no somos una sociedad emprendedora, y el miedo puede más que la aventura, y el ser funcionario es el sueño de todos.
De hecho, a pesar la crisis, ¿qué medidas ha propuesto el Gobierno para incentivar la creación de empresas y empleo? CERO. Dinero para subvencionar obra pública, dinero para subvencionar más paro, dinero para subvencionar sectores en crisis... y poco más.. de crear empleo nada de nada, y así nos va.
¿Podemos hacer nosotros algo? Emprendemos, generemos aunque estemos en desempleo pequeñas iniciativas de autoemprendimiento, generemos actividad y empleo, aunque sea poco, aunque no sea casi nada...
Un ejemplo, este año las Escuelas de Verano que montamos han estado regular, tirando a regular-mal, vamos a sacar un beneficio más bien escaso; pero yo no estoy desanimado, más bien: 1. Estamos ofreciendo un servicio a la comunidad educativa y al barrio que necesitan muchas familias; 2. Estamos generando empleo aún temporal, es tiempo efectivo de trabajo; y ello provoca dos consecuencias adicionales: generamos impuestos que ayudan a sostener todos los servicios e inversiones públicas y la retribución de salarios permite a los trabajadores tener más poder adquisitivo, que a su vez sirve para comprar otras cosas, que igualmente genera más empleo y más poder adquisitivo en otras personas... en una rueda positiva de actividad y empleo.
No lamentes en tu casa que no tienes trabajo.. ¿qué sabes hacer? ¿qué puedes ofrecer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario