Esto lo solucionamos entre todas y todos

Hace un año publiqué algunas reflexiones sobre la parálisis
que percibía en mi entorno frente a la crisis económica. El desempleo te transforma automáticamente, no se trata de un estado transitorio (estoy en paro ahora mismo), se convertía en una definición central de uno mismo: soy un desempleado. Como si entre nuestras cualidades se hubiese colado una sombra, un manto de futilidad. Ante esto proponía y sigo proponiendo, ¿qué sabemos hacer y qué podemos aportar que es mucho?

Me alegra que este pensamiento está en muchas otras personas y que se han organizado en este muy interesante proyecto que sigo con entusiasmo: estosololoarreglamosentretodos.org

Si escuchamos las experiencias que se nos ofrecen, podemos encontrar un denominador común: entusiasmo, esfuerzo y creatividad. Busquemos nuestro camino, tenemos mucho que ofrecer: conocimientos, experiencias, ideas... todos/as tenemos nuestra oportunidad, que no es patrimonio de unos genios.. todos/as tenemos que aportar y que compartir.. solos o en compañía de otros/as.. porque la unión y la cooperación son valores que pueden hacer mucho más fuerte cualquier iniciativa.

En estos días estoy impartiendo un curso online a profesionales de empleo sobre iniciativa empresarial, y después de trabajar el módulo de motivación para el emprendimiento, todos llegan a la misma conclusión: ¡que falta de iniciativa empresarial! como orientadores, la mayoría nunca plantean a sus usuarios/as el autoempleo como una salida al empleo...

Y así, en una selección que estamos realizando en la empresa, tengo una docena de currículums de licenciados y diplomados con alrededor de 30 años, con unos 4 o 5 cursos de FPO o formación complementaria similar y una experiencia laboral de dos prácticas de empresa y algún contrato inferior al año...

Lo arreglamos entre todos/as, pero tenemos que empezar a cambiar el chip... nadie nos va a resolver el problema del desempleo, yo añadiría a esta estupenda inicitiva: todos/as y cada uno/a de nosotros/as...

Barreras absurdas


Un día paseas por la calle y estás despistado, cansado, enfadado, ensimismado y, sencillamente, tienes un día tonto, y pasas junto a alguien que conoces y no lo saludas. O piensas que te va a hablar de alguna cosa y no te quieres entretener, y crees que está enfadado por algo, que se yo. El ser humano es tan estúpido imaginando continuamente los estados de ánimo de los demás, ¿no es más fácil preguntar?

Una tontería que al tiempo se repite, y como el arbol de la foto (de nuestro parque natural de Hornachuelos) van cayendo las hojas de la cordialidad, ya miras para otro lado, una mezcla de vergüenza, orgullo, idiotez,una barrera estúpida de equívocos.

Y así, tanto en la calle como en el mundo 2.0, vas dejando marchitar la comunicación...

...con personas que aprecias, sencillamente por no hacer el esfuerzo, por no exponerse, por no llamar a la puerta (que siempre parece un muro y en realidad es una invitación a abrirse.)

Y la distancia, la falta de contacto y sobre todo esa barrera absurda del " si me contestará o no..." (¿por qué no lo intentas?) hace que sobrevenga el olvido.

Yo creo que siempre hay que tener la puerta abierta, porque todos tenemos buenas razones (o las creímos en su momento o no es equivocamos, que no somos infalibles), y porque aunque a veces nos parezcan muchos, los hijos de puta son muy pocos, y se les ve de lejos... el resto merece la pena, siempre.

Los capullos a punto de florecer


Está mi balcón repleto de geranios, altos, verdes, con grandes hojas abiertas y numerosos capullos. Así que, en unos días romperá la primevara en mi ventana. Es el fruto del mimo y cuidado que tengo a mis geranios todo el año, regándolos, abonándolos, quitándoles las hojas secas, podándolos... por que las grandes recompensas solo se obtienen del continuo esfuerzo diario. Les dejo una foto de uno de mis cinco tipos de geranios que florecieron el año pasado.

Igualmente tengo la impresión de que los capullos del esfuerzo personal en estos últimos años han madurado y están punto de florecer...


Suceden cosas inesperadas, casuales o causales, que se yo, personas a las que nos encontramos después de un tiempo, apoyos que recibes de donde no esperabas nada, puertas que te abren con una franca sonrisa donde esperabas una barrera. Donde antes había incertidumbre ahora hay expectativas muy positivas de futuro.

Siempre dije que cada persona a la que atendíamos debíamos dedicarle nuestro mejor esfuerzo, nuestra mejor atención, porque todos tienen que ser importantes para nosotros, y porque quién sabe a quien conoce, de quién es vecino, amigo o familia. Y sigo afirmándolo más rotundamente ahora, tanto por lo que me llega de la pésima imagen de unos, como del reconocimiento que estamos recibiendo últimamente al trabajo que realizamos. Seguimos, aunque nos suponga un esfuerzo mayor, cultivando el trabajo bien hecho y el cuidado de los detalles.

El duro invierno ya pasó. Llega la primavera, quien ha cuidado su jardín de forma diligente espera hermosas flores...

Y uno más...

Ser padre es una responsabilidad, es un esfuerzo, una tarea continua y exigente, una limitación para tu libertad individual... sí, todo eso es verdad, pero también es una fuente de alegrías y satisfacciones que nada en la vida te lo va a ofrecer.

Y como la vida se vive una vez, no hay que dejar de hacer aquello que deseas, y nosotros, después de un par de años pensándolo (mi Sergio cumple 3 ahora en julio) nos hemos decidido a tirar para adelante, el que será (lo más seguro, por nuestra edad) el último de mis hijos.

No esconderé que me gustaría una niña, que ya tengo dos varones (otros recuerdos no se borrarán nunca, no son en ningún caso sustitutitos), pero si es niño será un Lorenzo (como mi abuelo) y eso también me apetece mucho (sobre todo si sale tan buena persona como mi abuelo).

Aunque sea un tópico, en mi caso si es muy significativo: lo importante es que venga con salud.

Tengo curiosidad por saber como será, si será un poco protestón como mi Román, muy activo, tímido y futbolero nato; o más tranquilo y reflexivo como mi Sergio, eso sí con un caracter de aupa. ¿Qué tendrá de nosotros?... porque nuestros hijos son retratos de nosotros mismos, bien por influencia genética bien por los modelos de conducta que le proporcionamos... (no me preguntéis por donde le viene lo de cabezón... jaja)

Bueno, ya llegará.. por ahora lo importante es vivirlo con felicidad y.. como estoy haciendo ahora.. anunciarlo a los cuatro vientos..